Antonio Brown brilló en los Pittsburgh Steelers, pero a principios de 2019 dejó el equipo en un intercambio entre su antigua franquicia y los Oakland Raiders. Sin embargo, una serie de altercados en California impidieron que jugara siquiera un snap allí.

El receptor se peleó con Mike Mayock, recibió una multa de US$215 mil y, finalmente, fue cortado el 7 de septiembre. Horas más tarde, levantó el teléfono y se encontró con la voz de Bill Belichick del otro lado.

Sin embargo, la firma de Brown con los New England Patriots trajo una paz momentánea, ya que Britney Taylor, su entrenadora personal, lo acusó de violación. Por si fuera poco, una segunda mujer lo denunció poco después, aunque eso no impidió que el receptor abierto jugara por la semana dos ante los Miami Dolphins.

De todos modos, la franquicia parece haber alcanzado un límite tras los presuntos mensajes intimidatorios de Brown a su segunda denunciante. Así, los directivos de los Patriots decidieron cortarlo definitivamente, a menos de dos semanas de su llegada al equipo.

El jugador agradeció en sus redes sociales a New England y a Belichick y publicó una foto con Tom Brady, de quien recibió un pase de anotación el último domingo.

“Te amo campeón ¡Fue divertido!”, reza su última foto en Instagram, donde se lo ve junto al número 12.

Así, Antonio Brown apenas jugó un juego con el jersey de los Pats. Ante los Dolphins registró cuatro recepciones para 56 yardas y una anotación en el triunfo por 43-0.

Ahora habrá que esperar a ver si algún equipo decide incorporarlo – a él y todo lo que trae consigo – o si intenta resolver sus problemas legales antes de volver a la liga.