La Conmebol, fiel a su estilo, demuestra una vez más no estar a la altura de la organización de un torneo como la Copa Libertadores.

En lugar de razonar que Santiago de Chile no es una sede segura para disputar el partido definitorio entre River y Flamengo, siguen esperando a ver si la situación mejora.

De esta manera, cada vez es menos el tiempo que tendrían para organizar un cambio de estadio (lo cual hoy en día parece algo muy posible) y los hinchas de ambos equipos que tienen su entrada son los principales perjudicados.

Ahora, para colmo, fue Hernán Castillo quien sumó la información de que si finalmente se elige mudar el evento, todo se debería posponer una semana más.

En conclusión, se estaría jugando el duelo entre argentinos y brasileños el 30 de noviembre. Papelón…