La tranquilidad venía reinando en Boca Juniors, el último campeón del fútbol argentino. Sin embargo, la misma se vio interrumpida abruptamente en las últimas horas debido a una serie de malas noticias que dieron el presente en el Xeneize.

Es que, este lunes y mientras el equipo comandado tácticamente por Miguel Ángel Russo se disponía a continuar con los trabajos programados, los testeos correspondientes debieron adelantarse por varios jugadores con síntomas de coronavirus.

Allí comenzó a circular el rumor de que un importante número de jugadores y empleados de la institución argentina habían dado positivo de COVID-19, por lo que, acto seguido, el club debió tomar medidas realmente drásticas.

Así fue como Boca emitió un comunicado oficial indicando que se suspendieron los entrenamientos por un lapso de 72 horas, período en el cual se aprovechará para llevar a cabo nuevos testeos PCR. Situación complicada.

Al mismo tiempo, Boca señaló que, con el objetivo de extremar las medidas de seguridad, se aislaron en sus respectivas habitaciones a todos los integrantes de la delegación para evitar que el virus se propague todavía más.

Por su parte, el mencionado director técnico del popular conjunto argentino, Miguel Ángel Russo, abandonó la burbuja por precaución. Cabe destacar que el experimentado estratega es un paciente de riesgo por edad y por complicaciones previas.