Si algo le otorgó Marcelo Gallardo a River Plate es una personalidad impresionante. Juegue contra quien juegue y se presente en el contexto que se presente. Y eso se sigue confirmando partido tras partido, torneo tras torneo, año tras año.
Este jueves, el elenco Millonario, último subcampeón de la Copa Libertadores de América, visitó a Sao Paulo en el marco de la reanudación del mencionado certamen continental. Y lo hizo contra un equipo con mucho mayor rodaje.
Es que River acumulaba más de seis meses sin disputar un partido oficial y solamente con pocas prácticas de fútbol, mientras que la escuadra brasileña acumula mucho tiempo desempeñándose en el ámbito del torneo doméstico.
Y todo empezó mal para River, que arrancó perdiendo por un gol en contra de Enzo Pérez. Pero allí fue cuando, nuevamente, apareció el carácter del equipo de Gallardo, que no demoró en empatar por intermedio de Rafael Santos Borré.
Ya en la etapa complementaria, lejos de replegarse y esperar, el Millonaro siguió buscando la potería defendida por Tiago Volpi. Y así fue como dio vuelta le resultado temporalmente gracias a una de sus figuras, el juvenil Julián Álvarez.
Luego de una buena descarga, el hombre que se desempeñó como extremo por derecho desde el comienzo sacó un remate muy potente y alto que hizo estéril el esfuerzo del arquero brasileño, que no pudo hacer absolutamente nada.