Con el reloj en 93 minutos, un cobro de tiro libre desde el tercer cuarto de cancha que iba con destino al arco y pegado al palo, fue rechazado de manera impresionante por Álvaro Montero para decretar la igualdad entre Colombia y Venezuela.

Su gesto con el pulgar arriba al conseguir la atajada demuestra la seguridad del guardameta a quien Queiroz puso por encima de Camilo Vargas desde la pasada Copa América.

 

Al cierre del primer tiempo, Montero había tenido otra gran sacada de balón que ahogó el grito de gol venezolano. 

 

Sin duda, el guajiro sale como figura de un frío empate al que le faltó mucho más para llenar la retina del aficionado.