George Weah marcó un antes y un después en la historia del fútbol. El premio del Balón de Oro se entrega anualmente al mejor futbolista del año desde 1956 y por 39 años, este reconocimiento estuvo reservado solamente para jugadores europeos. Pero en 1995, el galardón se abrió también a futbolistas nacidos fuera del viejo continente y, como si fuera poco, en esa edición ganó un jugador africano: George Weah.
Weah nació el 1 de octubre de 1966, en un barrio humilde de Monrovia, la capital de Liberia. Tuvo pasos por el fútbol de su país y luego, en 1987 pasó a la liga de Camerún, donde fue descubierto por Arsene Wengner, quien se lo llevó sin dudarlo al Mónaco francés.
En el equipo del principado se mantuvo por cuatro temporadas, en las que jugó 149 partidos y fue capaz de anotar un total de 66 goles. Dichas estadísticas le valieron para ser fichado por el París Saint Germain en 1992, vale decir que el equipo parisino estaba lejos de ser lo que es hoy en día en cuanto a su economía.
Pero su buen rendimiento durante tres temporadas en el PSG le hizo dar el gran salto de su carrera, al Milan de Italia. Weah iba a jugar en la poderosa Serie A, que por aquel entonces era la mejor liga del mundo, gracias a su enorme cantidad de estrellas. Su traspaso valió aproximadamente 7 millones de euros, también se manejaban cifras muy distintas a las de hoy en día.
Weah ganó el Balón de Oro en el año 1995 con 144 votos, 36 por encima del segundo, Jürgen Klinsmann. De esa forma, se transformó en el primer no europeo en ganar el galardón y, hasta el día de hoy, es el único africano que ganó el premio.
Pero su ambición iba más allá del fútbol, él quería ayudar a su país y una vez retirado en el año 2003 comenzó a trabajar en ello.
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Una vez finalizada la Guerra Civil de Liberia en el año 2005, decidió crear su propio partido político. Al principio, fue cuestionado por su supuesta falta de experiencia y formación, pero nada que el tiempo no pueda lograr. Su aspiración era ayudar a Liberia a salir de la pobreza, de las guerras y de las epidemias, como la del ébola en el año 2014. En cuanto a la gente pobre, el Banco Mundial estima que Liberia tiene una pobreza del 65%, una de las más altas de África.
En 2005 se postuló a la presidencia y finalizó segundo, al principio dijo que hubo fraude por parte de su rival, aunque los comicios internacionales reconocieron que fue todo limpio. En 2011, fue como vicepresidente y, nuevamente, cayó en la segunda ronda.
Pero la tercera es la vencida y en el año 2017, ganó las elecciones de Liberia en la segunda vuelta con el 61,5% de los votos. Su asunción en 2018 fue una bocanada de aire fresco para los liberianos y a su fiesta fueron muchas figuras del futbol, entre ellas su descubridor, Arsene Wenger.