Sin jugar un buen partido, Aston Villa pudo estirar a cuatro su racha de partidos ganados de manera consecutiva después de pasarla mal haciendo de local ante Wolverhampton, que había logrado ponerse en ventaja a los 25 minutos del primer tiempo, sacando máximo provecho a un error en la salida del equipo que conduce Unai Emery.
Aunque Emiliano Martínez participó de la fatídica jugada, no tuvo ninguna responsabilidad en el gol de la visita. El arquero argentino jugó bien la pelota para Diego Carlos, pero el brasileño intentó tocar de primera, por el centro del campo, sin advertir la presencia de su compatriota Matheus Cunha para anticipar ese pase.
Dibu, que había quedado algunos pasos corrido de la mejor posición para cubrir el arco, tampoco pudo hacer nada para detener un violento remate que se clavó tras rozar el primer palo y puso a Los Villanos a correr desde atrás en la continuidad del encuentro.
Emery comenzó a realizar modificaciones apenas iniciado el complemento, mandando a la cancha a Ian Maatsen y Leon Bailey; pero fue el ingreso del colombiano Jhon Jader Durán el que le cambió la cara al ataque, por potencia y sacrificio para exigir siempre a la defensa de los Wolves.
El cafetero fue el encargado de robar la pelota que a los 72 minutos le permitió a Rogers habilitar a Ollie Watkins para que definiera con jerarquía por sobre la salida de Johnstone y decretara el empate parcial. A falta de tres minutos para que se cumpliera el tiempo de juego reglamentario, fue Ezri Konsa el encargado de señalar el gol que le dio la vuelta al marcador.
Jugándose el tercer minuto de adición, el propio Durán se dio el gusto de marcar el gol que merecía, ingresando sin oposición por el centro del área chica para empujar una pelota que le llegó cedida por Rogers y decretar el 3-1 definitivo.