Pese a que todos soñaban con ver la dupla Cristian Romero – Lisandro Martínez en el fondo de la Selección por el magnífico presente que viven en la Premier League, Lionel Scaloni decidió mantener a Nicolás Otamendi dentro de la saga por todo lo que había realizado en la Selección y realmente fue una decisión muy acertada.
Acostumbrado a luchar siempre, desde que era un chiquito de 7 años que tomaba tres colectivos para llegar a la Villa Olímpica y entrenar con Vélez, Otamendi no se achicó ante el gran nivel de los pibes y se llevó puesto a cuanto delantero se cruzó en los siete partidos de la Selección siendo la gran figura del fondo argentino.
Aquel guerrero que comenzó a formarse en el Fortín casi por casualidad, acompañó a un amigo y terminó quedando él, demostró durante Qatar 2022 de qué está hecho. Enseñó que ya sabía lo que era luchar y que valió la pena esperar en 2008 cuando lo bajaron a reserva tras haber debutado en Primera.
Aquella vez, sin lugar en el equipo por la presencia de Cubero, Ponce, Tobio y Torsiglieri, Otamendi decidió esperar. No se quiso ir a préstamo a otro equipo y al poco tiempo, con tres de los cuatro ya mencionados no disponibles para Gareca, volvió al primer equipo de manera sorpresiva; un sábado en el que estaba jugando para la reserva y lo sacaron en la entrada en calor para avisarle.
Eso habla de la consistencia, del trabajo y del sacrificio que Nicolás siempre le puso a su carrera ya que, pese a que una vez que volvió a subir al primer equipo no salió más e incluso Maradona lo llevó al Mundial 2010, Otamendi debió dar dos pasos atrás luego de ganar 9 títulos siendo referente total en el Porto de Portugal.
Pese a que era uno de los líderes del equipo, a final del 2013 perdió mucho lugar y esto lo dejó fuera de la Selección de cara al Mundial 2014. Por esto, Ota decidió volver a las bases y se transformó en jugador del Atlético Mineiro de Brasil para, en solo media temporada, demostrar toda la jerarquía que lo llevaría nuevamente a Europa.
Con otra cabeza y mucho más confiado, Otamendi llegó al equipo Ché y se volvió uno de los mejores defensores de la Liga de España para no solo volver a la Selección sino recalar en el Manchester City de Pep Guardiola. Ganando 9 títulos como titular indiscutido, el defensor se ganó el apodo del “general” y el DT lo llamó el “Superman” del City.
Este paso por el Manchester y un nuevo cambio de aire para sentirse importante en el Benfica hicieron lo que es Otamendi hoy en día. Un guerrero que sabe cuándo retroceder pero no para abandonar sino para tomar aire y ganar impulso. Impasable en el juego aéreo, sus anticipos en el Mundial quedarán para siempre. Un jugador recordado por todos gracias a su voluntad, a no abandonar nunca y a siempre dar batalla.