Mientras en Madrid se desarrolla el Masters 1000 -el segundo de la gira europea de polvo de ladrillo- donde se encuentran los mejores jugadores del mundo, aquellos con menor ranking andan desperdigados por el mundo jugando torneos acordes a su nivel, ya sea Challengers o certámenes organizados por la ITF, anteriormente conocidos como Futures. Allí también hay historias de todo tipo, como por ejemplo en Costa de Marfil, donde Coulibaly se convirtió en el primer marfileño en ganar un torneo ATP y el presidente del país decretó feriado y le hará una estatua.

Pero también están las historias que llegan a ser noticia por hechos desafortunados, como sucedió a algunos kilómetros de la Caja Mágica en Madrid donde se juega el Masters 1000, en esta oportunidad fue en Sabadell, Barcelona. En el M25 de dicha ciudad, el ruso Sviatoslav Gulin se enfrentaba al local Alejo Sánchez Quílez en un encuentro que llevaba más de dos horas de duración.

Gulin se había quedado con el primer parcial por 7/5, mientras que Sánchez Quílez hizo lo propio en la segunda manga al ganar por 6/3. Todo se definió en el tercer set, pero no sucedió de la mejor manera ya que el ruso fue descalificado cuando iba arriba en el marcador 4 a 0 y le faltaban apenas un par de games para salir victorioso. Justamente cuando acababa de quebrarle a su rival y ponerse en ventaja 4 a 0 fue cuando señaló explícitamente al umpire, se tomó los genitales y gritó: “Tú, chúpame, chúpame”. Caminó unos metros, volvió a mirarlo e insistió: “Chupa”. Además de descalificarlo, el ruso fue sancionado con una multa de 2.000 euros.

¿Qué dijo Gulin tras la expulsión del M25 de Sabadell?

Sviatoslav Gulin dialogó con Sports.ru y afirmó: “El árbitro tomó una muy mala decisión dos jugadas antes. Y después de eso mis nervios se rindieron y simplemente perdí el control. Lancé la pelota a la cancha y el árbitro dijo que estaba fuera, aunque la pelota golpeó muy fuerte. Después de eso gané el juego y no pude contener mis emociones. No puedo controlar mis emociones, pero trato de contenerlas solo respirando. Dos inhalaciones, dos exhalaciones… rápido. Como el yoga”.

Por otro lado, contó que se encontró con el juez del partido tras la descalificación: “Después del partido, desgraciadamente, agarré al árbitro por el cuello y le grité. Me gustaría disculparme ahora”. Además, contó que no se imaginó que lo iban a descalificar: “Al principio pensé que me darían una advertencia, así que incluso me tiré a la toalla para seguir jugando. Pero el oponente insistió en la descalificación, y tres minutos después me la dieron. Así que me enfadé muchísimo. Está bien, puedo explicarme. Hablé español a propósito para que me entendiera, pero no pensé que hablaría en su dirección. Éstas eran emociones puras”.