El US Open 2021 tuvo algunas particularidades más que interesantes: el campeón masculino fue Daniil Medvedev y la campeona femenina fue Emma Raducanu, una británica de apenas 18 que había llegado al cuadro principal desde la qualy y que ganó el torneo sin ceder un solo set, algo verdaderamente histórico. Lo destacado es que ambos fueron campeones de Grand Slam por primera vez en su vida. El ruso derrotó a Novak Djokovic en la final y la británica a Leylah Fernández.

Como era de esperar, Emma Raducanu se convirtió en la sensación del tenis británico. Aparecieron contratos importantes, la prensa posó los ojos en ella, sus rivales comenzaron a mirarla de manera distinta, pero era muy joven para lidiar con tanta presión y los años siguientes fueron complicados para ella. No tuvo los resultados que quería, las lesiones le jugaron una mala pasada y recién para 2024 tuvo algunos destellos del tenis que mostró en el US Open 2021.

También influyó el factor anímico, el no saber lidiar con la presión y las personas que se acercaron a ella luego del éxito, pero que se alejaron cuando los resultados no acompañaron. Así se lo contó la propia Raducanu a The Guardian: “Varias personas en las que confiaba me han sorprendido, pero supongo que así es la vida, y todavía conservo a gente fantástica a mi alrededor a quienes escucho. Hay una parte de mí a la que no le gusta mucho hablar de los problemas, porque siento que los hago más grandes”.

Además, agregó: “Ahora estoy comenzando a aceptar las cosas como vienen, priorizando la disciplina en lugar de cómo me siento. Necesito mucho para abrirme a alguien. No me he abierto a mucha gente en mi vida, pero a aquellos en quienes confío de verdad, lo hago. Y, cuando dejo a alguien entrar, lo hago por completo”.

Me ha sido muy difícil fiarme de la gente en los últimos años, sobre todo de aquellos que no me conocían antes del US Open. Ahora siento que me acerco a esa gente que sí me conocía, y mi círculo es más pequeño que nunca. Hasta que tuve 18 años estuve con mis padres, me ayudaron con todo, sentía que nada podía alcanzarme. De repente, después del US Open, llegaron oleadas de gente y me quemé en varias ocasiones, ya sea profesional o personalmente. Ahora he construido Fort Knox a mi alrededor, en lo que a confiar en que la gente se acerque a mí se refiere”, completó Raducanu. Cuando hace referencia a Fort Knox es una base militar estadounidense y utilizó esa analogía para explicar que es cuidadosa en relación a quién deja entrar en su círulo.

Raducanu quiere volver a los estudios

La británica -nacida en Toronto, de ascendencia china y rumana- reveló que desea regresar a los estudios: “No estoy convencida de si haré mis terceros exámenes de acceso o estudiaré una carrera, pero siento que necesito esa adrenalina en esa parte de mi vida. Será un buen método de escape porque, cuando crecí, siempre tuve al tenis como el escape de los estudios y los estudios como escape del tenis. Mi vida no dependía completamente de una faceta”.

Raducanu en su estreno en el WTA 1000 de Roma. (Foto: Getty).

Un 2025 con mejorías

Ya para mediados de 2024 -más precisamente en Wimbledon- había comenzado una remontada de Raducanu, al menos en la calidad del juego y también en el ranking, el tramo final del año fue con altibajos. Este 2025 la tuvo haciendo un correcto Abierto de Australia -cayó en tercera ronda contra Swiatek- y llegó a cuartos de final en el WTA 1000 de Miami como resultados más importantes. En el WTA 1000 de Roma inició de buena manera al superar en tres sets a Maya Joint, ahora en segunda ronda se verá las caras con Aleksandrova.