Este jueves siete de diciembre declararán tanto Cristian Riquelme, hermano de Juan Román, como Ricardo Rosica, secretario general de Boca Juniors, en la causa que los imputa Celsa Ramírez por asociación ilícita y reventa de entradas. Al parecer, la fiscal está convencida de que las pruebas que pudo recabar son los suficientemente sólidas para demostrar la culpabilidad de los denunciados.
La indagatoria, que debió haberse realizado por primera vez el pasado 22 de noviembre (se suspendió porque el abogado de Chanchi Riquelme la pidió postergar porque ese día Boca jugaba contra Estudiantes de La Plata por la Semifinal de la Copa Argentina) se dilató porque recusaron a Celsa Ramírez de enemistad manifiesta. No obstante, el juez Pablo Casas desestimó el argumento de la parte acusada por no considerar animosidad en contra ni de Riquelme ni de Rosica.
En octubre del año pasado empezó la cuestión por una denuncia anónima. Ahí, la fiscal encargó a la Policía de CABA que se infiltrara en las presuntas redes de reventa de entradas de los partidos que se jugaran en la Bombonera. A raíz de esta investigación, también dieron con integrantes de La 12. Además, descubrieron que los puntos para el expendio irregular se realizaba en microcentro y en La Boca a metros de la Bombonera.
Ante estos primeros datos, Celsa Ramírez le solicitó autorización al juez Pablo Casas para intervenir los teléfonos celulares de varios integrantes identificados en las averiguaciones, entre ellos, Cristian Riquelme. El 25 de enero de este año la policía allanó la casa del hermano del actual vicepresidente de Boca en la zona de Pilar. Sin embargo, si bien en la pesquisa dieron con 97 entradas, no encontraron la cantidad de pruebas que esperaban. Ni siquiera pudieron dar con lo central que era el celular de Cristian Riquelme, puesto que, en teoría, se lo habían robado el día anterior. La fiscal sospecha que la Policía Bonaerense filtró información.
Asimismo, Ramírez siguió adelante con su moción de incautación del teléfono del Chanchi (así le dice Juan Román a su consanguíneo). Fue en el famoso episodio que Román denuncia públicamente que pusieron en peligro la vida de su hermano a principios de noviembre, dado que, al parecer, lo interceptaron intempestivamente camino al Aeropuerto de Ezeiza (viajaba a Río de Janeiro para la Final de la Copa Libertadores). Supuestamente nunca se presentaron como funcionarios judiciales lo que ocasionó la desconfianza del acusado que, de igual modo, no tuvo otro remedio que entregar su Iphone 14, del cual se negó a facilitar la clave.
Una de las escuchas con las que la fiscal Celsa Ramírez señala a Cristian Riquelme
Una de las escuchas que Cristian Riquelme tendrá que explicar este jueves es sobre una conversación que mantuvo con la empleada de Boca Antonella Pepe (sobrina de César Martucci, exsecretario general de Boca en la gestión de Daniel Angelici). Allí parecen estar concertando la venta irregular de 13 entradas a un tal ”Fran”. El hermano de JR le indica que le deje los tickets y que reciba el dinero.
Pepe tiene un rol central en la investigación. También fue allanada y de su teléfono se pudieron sustraer más pruebas que incriminarían a Cristian Riquelme. En mensajes de WhatsApp pudieron encontrar mensajes para la venta de 60, 70 y hasta 80 entradas. La justicia presume que se hacía con el aval de Riquelme. Fue indagada la semana pasada, pero se amparó en su derecho constitucional de no declarar.
El caso por el que se lo imputa a Ricardo Rosica
A diferencia de Cristian Riquelme, a Ricardo Rosica se lo imputa por dar órdenes para liberar molinetes y por utilizar su tarjeta máster (un carnet con un código para habilitar el ingreso ilimitadamente) durante los días de partidos. Aparentemente la justicia cuenta con imágenes en las que se lo ve al propio Rosica agilizando el ingreso de un grupo de personas. Esto es parte de lo que tendrá que aclarar.
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