Boca Juniors consumó el martes el fracaso deportivo más grande de sus últimos años al quedar eliminado de la Copa Libertadores en la primera instancia de Repechaje a manos de Alianza Lima en una definición por penales en La Bombonera e inmediatamente uno de los apuntados por los hinchas fue su propio presidente, Juan Román Riquelme.
El ídolo, que hasta ahora ha optado por el silencio, es señalado como el responsable máximo de este mal momento del equipo y a su vez hay una frase que él mismo pronunció que condena lo que es su gestión como directivo del club en sus dos etapas: como vice y como presidente.
Cuando Riquelme aún no estaba dentro de la política de Boca pero planeaba ser parte de alguna lista, él mismo había elevado la vara de lo que el club tenía que tener como objetivo. “Boca tiene que ganar la Copa Libertadores. No cuenta otra cosa y tiene la obligación. Es mi opinión. Nosotros a medida que pasábamos de fase no festejábamos tanto, decíamos nos queda otra más. Lo único que repetía era que nuestra obligación era jugar los 14 partidos y podíamos perder el último nomás“, declaró en diciembre de 2017 en diálogo con Fox Sports.
Incluso, meses mas tarde, ya en 2018, cuando el quipo que conducía Guillermo Barros Schelotto luchaba por pasar de fase de grupos, insistió con esa postura: “Boca tiene la obligación de competir en la Copa Libertadores hasta el final. Boca tiene la obligación de pasar la primera fase, tan simple como eso”. Incluso, llegó a decir: “Cambio ganar la Libertadores y no ganar el torneo argentino. Aunque sea ganarla una vez y después ningún torneo local”.
Sin embargo, desde que Riquelme ha asumido la conducción de Boca, antes con Ameal de presidente y ahora como máximo dirigente, su discurso ha cambiado. El año pasado, tras perder en semifinales de Copa Argentina, disparó: “No es fácil estar en semifinal o llegar a la final. Sabemos que el torneo largo no lo hemos hecho bien, pero nos quedan tres partidos. Tenemos que intentar hacerlo de la mejor manera”.
Incluso, ese día se molestó con las exigencias que le ponían desde afuera a diferencia de otros clubes: “Nosotros necesitamos cada partido competir al máximo. Yo no escucho que digan que todos los equipos tengan la obligación de jugar la Libertadores. Soy el primero que tengo autocrítica que el torneo largo Boca no lo ha hecho bien, pero el semestre pasado hemos sido semifinalistas, ahora también”.
Este cambio de discurso condena a Riquelme, sobre todo en un momento en el que Boca se encuentra ya sin competencia internacional en lo que resta del año, más allá del Mundial de Clubes. A su vez, será la segunda temporada consecutiva del club sin jugar Libertadores. Lo que para el Xeneize antes debía ser una obligación ganar, ahora ni siquiera la juega.
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