Apenas algunas horas después del título conseguido en el Trofeo de Campeones frente a Estudiantes de La Plata en la provincia de Córdoba, River Plate afrontó una nueva presentación. Sin embargo, esta se produjo en el marco de la Copa de la Liga Profesional de Fútbol. Más precisamente bajo la órbita de la undécima fecha de dicho certamen.

Con el Estadio Monumental de Núñez como escenario, el equipo Millonario se encontró frente a frente con el necesitado Gimnasia y Esgrima La Plata que dirige Leonardo Madelón. Una muy buena oportunidad para River de retomar la senda de la victoria para poder empezar así a pensar en la próxima instancia de la Copa de la Liga.

Y, tal como se imaginaba en la previa, los primeros minutos del partido fueron netamente favorables para River. De hecho, el anfitrión tuvo a su disposición varias oportunidades muy claras para abrir el marcador ante un Gimnasia totalmente decidido a esperar y salir de contragolpe aprovechando los espacios del Millonario.

Así fue como Rodrigo Aliendro y Andrés Herrera contaron con oportunidades muy nítidas para establecer el 1-0 en favor de River. Sin embargo, el portero de la formación visitante respondió de gran manera cada vez que fue exigido y mantuvo con vida a su equipo. Un equipo que, posteriormente, terminaría dando el gran golpe.

River salió dispuesto a vivir una fiesta. (Foto: Getty)

River salió dispuesto a vivir una fiesta. (Foto: Getty)

Cuando transcurrían jugados 11 minutos del primer tiempo y los de Madelón todavía no habían protagonizado ninguna aproximación al arco defendido por Franco Armani, Paulo Díaz dejó a todos con la boca abierta con un blooper realmente inexplicable. Un blooper que River terminaría pagando extremadamente caro.

El experimentado defensor chileno se durmió en un momento y en un lugar delicados y Benjamín Domínguez, uno de los futbolistas más picantes que tiene Gimnasia, le robó la pelota y encaró inmediatamente hacia la portería de la escuadra Millonaria. Posteriormente definió con toda la clase del mundo para establecer el 1-0.

Sin ningún tipo de dudas, una enorme sorpresa en un Monumental colmado y preparado para vivir una fiesta después del título cosechado cuatro días atrás. Sin embargo, Gimnasia salió decidido a arruinarle la celebración y el golazo de Domínguez tras el grosero error de Paulo Díaz así lo demostró.