Allá por 1993, de la mano de Alfio Basile, la Selección Argentina se coronó en la Copa América de Ecuador derrotando a México en la gran final. De esa manera, una Albiceleste que vivía épocas de gloria logró un genial bicampeonato que se sumaba al todavía reciente título en el Mundial de 1986 y al subcampeonato en la Copa del Mundo de 1990.
Sin embargo, en aquel momento, absolutamente nadie imaginó que el pueblo argentino tendría que esperar casi tres décadas para volver a festejar a lo grande. Es que, más allá de las medallas doradas en Juegos Olímpicos y de los títulos en seleccionados juveniles, lo cierto es que las conquistas a nivel mayor se harían extremadamente esquivas.
Desde 1993, Argentina llegó a una final del mundo en 2014, cuatro finales de Copa América en 2004, 2007, 2015 y 2016 y dos finales de Copa Confederaciones en 1995 y 2005. Lamentablemente se quedó en las puertas del título en todas y cada una de esas ocasiones. Hasta que, finalmente, en 2021 y en territorio brasileño, llegó un festejo impactante.

El festejo de Argentina en la Copa América. (Foto: Getty)
Envuelto en un proceso de transición, el seleccionado argentino viajó hasta un país siempre hostil para disputar una postergada Copa América que, para colmo, en primera instancia se iba a desarrollar en su propio suelo. Lo hizo con todas las de perder ya que los anfitriones partieron como claros favoritos dos años después de haber sido campeones.
De todas maneras, poco a poco, el equipo de Lionel Scaloni fue construyendo una campaña sólida, con nombres propios en un alto nivel y con un funcionamiento colectivo destacable. Superó la fase de grupos con total holgura, terminando en el primer lugar, y posteriormente dejó en el camino a Ecuador y Colombia en los cruces de eliminación directa.
Pero claro, en la final tocaba Brasil y en el mismísimo Estadio Maracaná de Río de Janeiro. Un auténtico desafío para un equipo con una pesada mochila a cuestas debido a los 28 años sin títulos. Pero un equipo que terminó poniendo el pecho en rodeo ajeno para completar un partidazo, ser superior a los de Tité e imponerse por 1-0.
Rodrigo De Paul lanzó una asistencia irreal desde larga distancia y Ángel Di María la capitalizó para definir con una vaselina histórica por encima del arquero brasileño. Locura total. Luego, Argentina siguió jugando el encuentro con una enorme personalidad para terminar de edificar un auténtico Maracanazo. Un Maracanazo que será imposible de olvidar y del que ya se cumplió un mes.







