Cada vez falta menos para el sorteo de la Copa del Mundo y todos hacen saber sus preferencias. Algunos quieren un grupo accesible, otros algún rival de peso como para calentar motores y también están los que no quieren ni pensar en el viernes. “Pase lo que pase, cuando termine el sorteo tenemos que decir que es difícil porque es imposible que sea bueno.Hay que jugar con todos, hacerlo de la mejor manera. Un Mundial es una ocasión única y es tan impredecible que no se sabe lo que puede pasar”, fue la opinión de Lionel Scaloni hace unos días.
Podemos sentarnos varios días a debatir sobre si es mejor enfrentar a Alemania en grupos o en octavos de final. También se puede preferir rivales accesibles como en aquel Brasil 2014 donde el sorteo nos favoreció. Sin embargo, hay una clave inobjetable: si caemos en el grupo B, tendremos un motivo para sonreír.
¿Por qué? Es simple: los cruces mano a mano están preestablecidos de antemano. Si clasificás en el grupo A, enfrentas a otro del B; el del C hace lo propio con el del D y así con el resto de las zonas. El grupo A tendrá como cabeza de serie a Qatar, lo que significa que evitás enfrentar en octavos a equipos como España, Brasil, Inglaterra, Bélgica, Portugal oFrancia.
Si a Argentina le toca el grupo B y clasifica primero, podría tener un cruce más que sencillo en octavos, algo que no sucedió en Rusia cuando nos tocó enfrentar a Francia en esa misma instancia. A cruzar los dedos…
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