En el verano de 2004, Anastasia Myskina ganó Roland Garros e hizo historia al convertirse en la primera mujer rusa en conseguir un título individual de Grand Slam. Este hito abrió las puertas de una nueva generación de talentos en su país, incluyendo a jugadoras como Maria Sharapova. Pero mientras otras alcanzaron el estrellato mundial, la etapa de Myskina en la cima fue sorprendentemente breve.
Conocida por su velocidad de piernas, su juego agresivo desde la línea de fondo y su comportamiento enérgico en la cancha, Myskina comenzó su carrera profesional en 1999. En 2003, entró en el top 10 y era considerada una de las líderes de un creciente movimiento ruso en el tenis femenino.
Cuando llegó a París para Roland Garros en 2004, estaba lejos de ser considerada la favorita para ganar el título. En sus 16 participaciones previas en Grand Slams, no había llegado a cuartos de final. Sin embargo, en una racha formidable, derrotó a su compatriota Svetlana Kuznetsova en un duro partido de semifinales, antes de enfrentarse a otra rusa en la final, Elena Dementieva.
“¡No lo puedo creer!”, expresó tras la final, tras hacer historia. Ese año, ayudó a Rusia a conseguir su primer título de la Fed Cup y llegó a las semifinales de los Juegos Olímpicos. Esa temporada, alcanzó el puesto número 2 del mundo, su mejor ranking. Fue una temporada exitosa en todos los aspectos, y fue nombrada, junto con Roger Federer, campeona mundial individual por la ITF.
Anastasia Myskina con el título de Roland Garros.
La lucha contra las lesiones
Lo que siguió a su año de despegue fue un declive desconcertante. En 2005, sufrió una lesión de hombro en Charleston, además de presiones fuera de la cancha, como el diagnóstico de cáncer de su madre, según ESPN.
A la hora de defender su título de Roland Garros, se convirtió en la primera campeona en perder en la primera ronda, tras ser derrotada por la española María Sánchez Lorenzo por 6-4, 4-6, 6-0. Fue solo uno de sus muchos resultados decepcionantes, y terminó la temporada fuera del Top 10 por primera vez en tres años.
Más tarde reconoció cuánto afectó esto su capacidad y motivación para competir al máximo nivel. “Simplemente no tengo confianza. Golpeo la pelota y simplemente se va fuera de la cancha… No tengo explicación, de verdad… ninguna. Ahora mismo, cuando la pelota me llega, simplemente no sé qué hacer “, declaró llorando a la prensa tras ser eliminada de Roland Garros.
Al año siguiente, intentó regresar. “Me doy una oportunidad más este año para hacerlo bien, y tengo un objetivo”, declaró a la prensa en 2006, citada por ESPN. Sin embargo, sufrió una lesión en el pie y no pudo destacar.
En 2007, con tan solo 25 años, Myskina jugó su último partido, pero nunca anunció oficialmente su retirada. No hubo gira de despedida ni ningún anuncio importante. Una de las campeonas más importantes del deporte simplemente desapareció. En total, ganó 10 títulos de la WTA y 5,6 millones de dólares en premios.
La vida después del tenis: maternidad y comentarios televisivos
Desde su retiro, Myskina ha mantenido un perfil bajo. Ha trabajado ocasionalmente como comentarista de tenis para la televisión rusa y ha participado en algunos entrenamientos, además de ser capitana de la Fed Cup y embajadora. Pero, sobre todo, se ha centrado en su vida personal, incluyendo la crianza de sus tres hijos.
“Es un trabajo muy duro, pero aprendes a comprender las necesidades y deseos de un niño. Sabes cómo ayudarlo”, dijo sobre la maternidad a Indian Express en 2018. “Te vuelves paciente y eso siempre te ayuda a lidiar con los problemas que enfrenta una jugadora. Lo único es que solo puedes ayudarlos fuera de la cancha ”.
Aun así, su legado perdura. La victoria de Myskina en Roland Garros marcó la llegada del tenis femenino ruso a la escena mundial. En pocos años, Maria Sharapova, Svetlana Kuznetsova y Dinara Safina alcanzarían finales de Grand Slam, con varios títulos propios.
“A veces pienso que siete años no fueron suficientes, pero fueron siete buenos”, declaró Myskina a Indian Express. Sin embargo, también reconoció que no estaba considerando regresar.
En muchos sentidos, la historia de Anastasia Myskina contradice lo que esperamos de las campeonas. No persiguió todos los récords ni alargó su carrera para alcanzar la longevidad. Ganó a lo grande y luego se marchó. Pero para quienes recuerdan 2004 y su lugar en la tradición tenística rusa, el lugar de Myskina en la historia está asegurado.
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