Las medidas tomadas por América en el caso de Renato Ibarra fueron ejemplares. La institución aisló al futbolista donde, sin rescindirle el contrato, no lo dejó entrenarse con el plantel profesional, lo que es una clara muestra que desean darlo a otro equipo. 

El Atlante, en cambio, se comportó de una manera diferente. En enero de este año, los Potros de Hierro ficharon a Nicolás Albarracín, quien había tenido un problema legal en Uruguay. 

El futbolista fue denunciado en su país natal por violencia doméstica en el pasado diciembre, aunque pudo solucionar todos los asuntos legales para poder salir hacia México. Allí es donde aparecieron los azulgranas, que lo contrataron para la Liga de Asenso MX. 

Gabriel Solares, presidente del Atlante, reconoció en una entrevista con Publisport que siempre estuvo enterado de la situación: “Nico cumplió con los plazos y procedimientos legales que le correspondían y después de ello, tengo entendido de que cumplió con todo ante la Ley. Actualmente está con nosotros y hablamos con él antes de que viniera, más que con el futbolista, hablamos con la persona, y nos dimos cuenta de que estaba muy arrepentido de lo que había sucedido en su paso por Uruguay", contó Solares. 

“Él quería cambiar de entorno para poder empezar y tener una segunda oportunidad. La verdad es que con nosotros ha llegado con el pie derecho. En cuanto a lo personal está atento de sus compañeros, ha estado muy participativo y es un jugador muy valioso del club", agregó el presidente. 

El presente del uruguayo está lejos de ser ideal, ya que lleva sólo 25 minutos disputados, ingresando en dos encuentros distintos desde el banco de suplentes.