La ley suprema del fútbol se repite en todas partes del mundo: cuando fallas tantos goles en el arco contrario, pues los recibirás en el propio...

Y vaya si pudo dar fe de ello Rodolfo Pizarro durante la noche del miércoles en el Gigante de Acero, en la Ida de las Semifinales del Apertura 2019 de la Liga MX entre Monterrey y Necaxa.

Apenas iniciado el complemento, el extremo pudo haber definido el encuentro pero no lo hizo. Primero, a los 2 minutos, llevó a cabo una maniobra individual fenomenal, pues superó a los defensas como si fueran postes, pero cuando remató se le fue apenas desviado del palo izquierdo de Hugo González.

A los 9, el portero de los Rayos saltó en gran forma y le desvió el disparo al tiro de esquina cuando la pelota buscaba clavarse en un ángulo.

Para colmo, a los 19, Mauro Quiroga gritó el 1-1 completamente inmerecido para los hidrocálidos, que estaban en su peor momento, cuando eran avasallados por el dueño de casa.