En Mendoza, antes de la atajada de Esteban Andrada y el remate de Carlos Izquierdoz, uno de los momentos de mayor tensión se vivió en el penal de Julio Buffarini.

El lateral derecho de Boca tuvo en sus pies el quito disparo desde doce pasos: si lo metía seguía todo igual, pero si lo erraba salía campeón Rosario Central.

Este viernes, el día después de la Supercopa Argentina, Buffarini confesó una curiosa anécdota de aquel penal que ejecutó.

"Cuando voy a patear el quinto, que si lo erraba se acababa la serie, escuché que me gritó 'suerte, Buffa'", contó el lateral.

Además, recordó que con Ortigoza eran los encargados de patear penales en San Lorenzo y practicaban juntos.