Paolo Guerrero no es un jugador que pase desapercibido. Es protagonista, incluso cuando no destaca en el partido y no anota goles.
Una de sus características, por ejemplo, es que es muy pasional. De hecho, le cometió una falta a Rafinha y se terminó peleando con el ex-Bayern Munich, así como con el árbitro chileno Roberto Tobar, quien lo amonestó.
En esta ocasión, además, enfrentaba a su exequipo el Clube de Regatas do Flamengo. En ese contexto, los hinchas en el Maracaná le hicieron cánticos en su contra y cuando estaba saliendo, después de la derrota 2-0, los increpancias fueron más directas.
Tras ello y con la calentura del partido, el Depredador reaccionó. Volteó gritó e hizo unos gestos: se señaló la cabeza invitando a los aficionados a recordar lo que hizo por la Rubronegra.
Así, Guerrero se reencontró con los que en otro momento gritaron sus goles. En esta ocasión, estuvo en la vereda del frente y el tenso intercambio entre jugador y torcida fue inevitable.