¿Por qué mentir? Y si la palabra mentira suena muy fuerte, ¿por qué exagerar? Este miércoles, mientras transcurría el entrenamiento del Barcelona, la Selección Argentina se quemó sola.

Porque era más fácil plantear de antemano que Lionel Messi solo jugaría ante Venezuela y luego regresaría con su equipo. Era entendible teniendo en cuenta el final de temporada que se le viene al club culé.

Pero no. Tanto desde la directiva de la AFA como de parte de Lionel Scaloni se jugó con la posibilidad de que el crack estuviera también ate Marruecos.

Y cuando ya no se podía esperar más, apareció el comunicado médico de una pubalgia. Lesión que, sin embargo, no le impidió que se entrenara con total normalidad de regreso a Barcelona.

El problema no es que Messi se haya ido antes de tiempo. El problema es que desde la Selección Argentina se juegue con un público que, como si fuera poco, tuvo que soportar dos de los peores partidos que recuerden en pos de la renovación.