La final de la Copa Libertadores, para el espectador neutral, fue un partidazo. Tuvo de todas las emociones.

River comenzó ganando y superó a su rival durante los 90 minutos del encuentro, pero por dos distracciones, se quedó con las manos vacías a nada del final y Flamengo se coronó campeón.

De igual manera, Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, hizo foco en otros aspecto, que fue el organizativo.

Muy contento por el buen resultado de haber mudado el evento a Lima, mandó una carta abierta para toda la "familia del fútbol sudamericano".

Mirá:

"Orgullo, emoción y admiración es el sentimiento que albergo por el gran espectáculo proyectado al mundo con la Final Única, tanto por el nivel deportivo de ambos equipos, el comportamiento ejemplar de las dos aficiones, la excelente organización y por la magnífica coordinación entre las autoridades del Perú y la CONMEBOL. Ante este evento, al que han tenido acceso más de 180 países y han cubierto más de 600 periodistas provenientes de 28 naciones, solo queda transmitir mi más sincero agradecimiento y respeto a todos los que han hecho posible este sueño de la Final Única. Un sueño que ha sido posible por “Creer en grande” y que sitúa a nuestro fútbol en el lugar que le corresponde por su leyenda, su presente y su futuro.

Organizar en dos semanas la final de la Libertadores ha sido un reto que marca un antes y un después en nuestro fútbol. Hemos demostrado lo que somos capaces de alcanzar cuando se actúa con determinación, profesionalismo y esfuerzo. Está en nuestro ADN el sobreponernos a las dificultades, y es precisamente en estos escenarios donde se forja el carácter y liderazgo de una institución como CONMEBOL, y de todo un continente que tanto ama este maravilloso deporte.

Gracias al apoyo de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), al Gobierno Peruano, y en especial al Presidente Martín Vizcarra, a la Municipalidad de Lima, de Ate y La Molina, y a todas y cada una de las instituciones públicas y organismos que nos brindaron desde el primer momento su apoyo, compromiso y trabajo en equipo; así como a Chile y su federación por buscar en todo momento lo mejor para el fútbol sudamericano.

Me gustaría destacar la celebración ejemplar de las dos hinchadas de Flamengo y River que convirtieron las calles de Lima en una auténtica fiesta del fútbol que logró contagiar a todos. Las cifras son un fiel reflejo de ello: una audiencia mundial de los cinco continentes pudo vibrar el sábado con lo que sucedía en Monumental de Lima, dos titanes del fútbol sudamericano disputándose la gloria eterna. Ellos también nos dieron un ejemplo de superación y deportividad escribiendo una nueva página gloriosa de nuestro fútbol".