Desde que se tomó la decisión de que los equipos argentinos puedan volver a los entrenamientos, Miguel Ángel Russo aplicóun cuidado extremo a la hora de ir a cumplir su labor en Boca.
El entrenador no es sólo factor de riesgo por sus 64 años, sino que la dura enfermedad que atravezó tiempo atrás lo pone en un lugar muy delicado.
Por este motivo, cuando la burbuja sanitaria del ‘Xeneize’ falló y 22 futbolistas dieron positivo de coronavirus, el DT fue el primero en ser mandado a casa.
Por varios días, se mantuvo lejos de la zona de conflicto, esperando a que todo se calme para poder volver al trabajo.
Y así fue en el entrenamiento de hoy, donde se lo pudo ver muy enérgico preparando el duelo ante Libertad por la Copa Libertadores.
Se espera que al final pueda contar con la mayoría de los nombres importantes para enfrentar a un rival que viene con mucho rodaje, mientras que su equipo no llegó ni a hacer prácticas formales de fútbol.



