Vuelve a haber sonrisas en Barcelona, después de la goleada 5-0 ante el Leganés por Copa del Rey que llegó para cortar una serie de actuaciones poco convincentes de los dirigidos por Quique Setién.
Ante Levante, en el Camp Nou, la primera media hora de juegos había transcurrido sin mayores sobresaltos, hasta que tanto Lionel Messi como Ansu Fati activaron el Modo Diabólico.
El argentino porque en dos minutos le concedió dos asistencias a su compañero y el canterano porque en las dos oportunidades, a los 30 y a los 31, la mandó a guardar.
La primera fue una puñalada que Messi ejecutó desde el circulo central y encontró la corrida de Ansu Fati, que definió con categoría.
Para la segunda, La Pulga acumuló defensores con su gambeta y, ya dentro del área, soltó para su compañero solitario, que otra vez definió sin titubear.
En ambas ocasiones, Ansu Fati agradeció con un abrazo sentido para quien es su ídolo y, ahora también, su socio ideal.