Este sábado, Inter jugó su primer partido oficial de la temporada y lo hizo nada menos que en el Giuseppe Meazza. Recibió a la Fiorentina, que ya había jugado la primera jornada, donde le ganó de local por la mínima al Torino.

A los dos minutos, Christian Kouamé abrió el marcador para la visita, después de un error de la última línea local. No obstante, antes del final del entretiempo, apareció Lautaro Martínez para un golazo desde afuera del área.

En el comienzo de la segunda parte, el Torito volvió a aparecer y fabricó el 2-1 que fue gol en contra de Federico Ceccherini. 

Sí, todo hacía indicar que a partir Inter iba a crecer y a cerrar el encuentro. No, eso no pasó: cinco minutos, Franck Ribery asistió y Gaetano Castrovillini marcó el empate.

Menos de diez minutos después, Ribery volvió a hacer una pausa, metió una asistencia perfecta y Federico Chiesa puso el 3-2 a favor de la Fiorentina.