Muy temprano en el partido correspondiente a la jornada 35 de la Premier League, en Everton comenzarían a notar que no estaban en su día de gracia. Con el encuentro ante Wolverhampton todavía igualado sin goles, debieron resignarse a perder a Yerry Mina a los 30 minutos de juego.
En una salida desde el fondo, el colombiano dio un pase e inmediatamente después cayó tendido sobre el césped. En el ingreso del cuerpo médico se detectó un problema en el aductor que lo obligó a salir reemplazado por el irlandés Seamus Coleman.
Ya antes del final de esa primera mitad, en el segundo minuto de adición, Wolverhampton confirmaría su superioridad en la red con un gol de penal del mexicano Raúl Jiménez. Y las cosas se pondrían todavía peores para los Toffees.
Apenas iniciado el complemento, el belga Dendoncker aumentó la ventaja en favor de los Wolves y ya a los 74 Diogo Jota le puso al marcador cifras de goleada. Ancelotti movió su banco de suplentes buscando achicar diferencias, pero la tónica del equipo jamás cambió.
La derrota dejó a los Toffees en una situación muy comprometida, estancados en 45 puntos y una undécima posición que, pese a las ilusiones que se habían generado previo a la segunda mitad de la temporada lo alejan mucho de los puestos de competiciones europeas.
