Rara vez lo hemos visto enojado a Lionel Messi en una cancha. Sí, pasó, pero no es lo normal.

Este sábado, con el derbi ante Espanyol ya ganado, el jugador del Barcelona tuvo un pico de locura por un segundo.

A los 91 minutos, ya con el 2-0 cerrado, Messi perdió la pelota y desde el piso le pegó una patada a Esteban Granero.

 

El del Espanyol no se quedó atrás y lo encaró al instantes después que el árbitro haya cobrado la falta.

Igualmente, Messi le pidió disculpas por su desliz.