La relación de Gareth Bale con el Real Madrid está totalmente quebrada. Desde que el galés no se entrenó en el Merengue por una supuesta de lesión, pero fue participe de las eliminatorias con su selección, en la capital española no es querido.

Todo empeoró cuando se mostró con una bandera que marcaba sus prioriades: "Gales, Golf y Madrid". El delantero siguió bromeando sobre el tema y hace unos días simuló que jugaba al golf en pleno entrenamiento.

Para seguir agregándole un nuevo capítulo a esta novela, volvió a sentir una molestia muscular y no fue parte del encuentro ante el Espanyol. El ex-Tottenham observó el partido desde la tribuna y estuvo en el vestuario antes del comienzo.

El problema viene cerca del final del partido, en el minuto 80 se retiró y se fue directamente para su casa. Pese a que el reglamento interno del Real lo permite, la mayoría de los jugadores vuelven con sus compañeros.

Este mal gesto se suma a los anteriores y los fanáticos se mostraron muy ofuscados con su decisión. Sienten que le está faltando el respeto a la institución.

¿Se irá en el próximo mercado?