Que Philipe Coutinho sea uno de los futbolistas más discutidos del Barcelona no es extraño: se pagó una fortuna por él, generó enormes expectativas y no ha estado ni cerca de cumplirlas.

Si hasta Lionel Messi tuvo que pedir que no lo abuchearan en el Camp Nou ante Liverpool, antes de la bochornosa eliminación en Anfield en semifinales de la Champions League.

El cíclo de Coutinho como culé podría estar llegando a su fin, más ahora que desde PSG han mostrado interés en su fichaje.

La salida del brasileño rumbo a París encaja por todas partes: primero porque aseguraría al Barcelona la posibilidad de recuperar al menos 100 millones de euros de su inversión de alrededor de 160. Segundo, porque el jugador podría mantener una ficha cercana a los 12 millones de euros por temporada.

El peso de las negociaciones en la hipotética venta de Coutinho recaería en la dupla de representantes del brasileño, el iraní establecido en Londres Kia Joorabchian y su socio, el brasileño Guliano Bertolucci. Ambos tienen muy buen tránsito por los despachos del club parisino, tanto con el del aún director deportivo, el portugués Antero Henrique, como el del propio presidente, Nasser Al-Khelaïfi.