Vivimos en una nueva era del fútbol a nivel mundial. Vivimos en una era donde la tecnología ha modificado por completo el deporte más hermoso del mundo.

Y una situación absolutamente insólita se vivió este martes, en el marco de la vuelta de los octavos de final de la presente temporada de la UEFA Champions League.

La misma tuvo que ver en la etapa complementaria del compromiso entre Borussia Dortmund y Sevilla, con los alemanes ya imponiéndose por 1-0 tras el 3-2 de la ida.

Como una topadora, Erling Haaland, que había marcado el primer gol de su equipo, se llevó todo por delante y anotó el 2-0. Sin embargo, el mismo fue anulado por infracción.

De forma increíble, el árbitro, que había anulado dicho gol, cobró penal por una falta previa a esa jugada. Y, en primera instancia, el delantero noruego falló.

Pero el VAR consideró que el portero de Sevilla se adelantó, por lo que el disparo se repitió. Allí fue cuando Haaland acertó, puso el 2-0 y se lo festejó en la cara.