Comenzó a rodar el esférico en el marco de las semifinales de la siempre apasionante UEFA Champions League. En medio de la polémica generada por la Superliga Europea, el estadio auxiliar Alfredo Di Stéfano fue el escenario designado para uno de los compromisos más esperados de todos: nada más ni nada menos que Real Madrid ante Chelsea.
Tras dejar en el camino a Liverpool y Porto respectivamente, los equipos comandados estratégicamente por Zinedine Zidane y Thomas Tuchel se toparon buscando dar el primer paso hacia la gran final del mencionado certamen continental. Y, en ese contexto, pese a la localía Merengue, lo cierto es que la visita arrancó mucho mejor.
Sin ir más lejos, en la recta final del encuentro, los británicos, campeones en la temporada 2011/2012 tras doblegar a Bayern Munich en la serie decisiva, tuvieron a disposición una oportunidad inmejorable para abrir la cuenta. Sin embargo, quien apareció en escena para neutralizar la misma fue el gigante Thibaut Courtois, una garantía.
Luego de una muy buena jugada elaborada, Timo Werner, uno de los grandes refuerzos de Chelsea para este temporada, definió ingresando al área chica. Allí fue cuando el arquero belga, precisamente con pasado en los londinenses, se despachó con una tapada absoulutamente irreal para dejar a todo el mundo con la boca abierta.