Hace varios años ya que el Milan no es aquel equipo que pisaba bien fuerte en Italia y era temido por los mejores equipos del continente.
Temporada tras temporada buscan volver a ser aquel club, y parece que de a poco van encontrando el rumbo de la mano de Zlatan Ibrahimovic.
Quién mejor que el sueco para devolverle la grandeza a una institución, claro. Y bien lo está haciendo poniéndose el equipo al hombro en cada duelo.
+El gol:
Ahora, ante Udinese, fue el responsable de asistir a Franck Kessié para el 1-0 parcial en la mitad del primer tiempo.
Recibió un pelotazo que bajó con el pecho de la mejor manera, levantó la cabeza y pasó atrás para luego poder festejar.
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Rodrigo De Paul empató de penal pero sobre el final del encuentro, el sueco no quería quedarse sin los tres puntos: pirueta y golazo para seguir puntero en la Serie A.