Cuando el PSG estaba siendo derrotado por el Niza, Ángel Di María tomó el balón para emprender una de esas carreras que son su mayor virtud.

El argentino dejó el surco por la banda izquierda y se metió en el área para definir con la cara externa de su botín y vencer la resistencia del portero Walter Benítez.

Niza había tomado ventaja en el juego a los 17 minutos, con un tanto de Saint-Maxim, pero apenas cuatro minutos más tarde llegó el empate de Di María.