No se puede creer lo que sucedió en Grecia, en una nueva edición del clásico entre PAOK y AEK Atenas. Es que, cuando se jugaba la recta final del compromiso, el árbitro le anuló el gol del triunfo al conjunto local y se desató la locura.

Ivan Savidis, presidente del PAOK, no tomó de muy buena manera la determinación del árbitro del partido y decidió ingresar al campo de juego armado junto con sus guardaespaldas. Acto seguido, enfrentó al juez y se llevó a todos los jugadores. ¡De locos!