Promediando el cuarto de hora y con el partido todavía empatado en cero, Lionel Messi le dio la primera emoción el enfrentamiento entre Barcelona y Alavés con un poco de magia que casi termina en gol.

El 10 recibió la pelota en campo contrario, retrocedió y tiró una fantasía pasando la pelota de un botín a otro para sacarse de encima la marca de Rubén Sobrino.

¿Cómo terminó  la jugada? Triangulación con Iniesta y Suárez, quien intentó asistir a la Pulga dentro del área, pero Guillermo Maripán despejó el peligro en el punto penal.

La fantasía de Lio: