Cuando no juega, pega. Así se podrá describir a Pablo Pérez adentro de una cancha. Lo hizo durante toda su carrera y este miércoles, por el Trofeo Joan Gamper ante Barcelona, no fue excepción.
Ingresó en el segundo tiempo y no tardó en empezar a repartir patadas ante los rivales azulgranas en el Camp Nou.
En el inicio del complemento, Pérez se la agarró con Rafinha y lo dejó en claro en la mitad de la cancha.
Le pegó un patadón innecesario y después, cuando ya el árbitro había marcado la falta, discutió cara a cara contra el volante.