Días después de haber confesado en rueda de prensa que estaba mentalmente listo para convertirse en ese jugador determinante que necesita PSG para dejar de una vez por todas su nombre grabado en Europa, Neymar comenzó a pagar su promesa con una producción de alto nivel.

No solo porque terminó el primer tiempo con dos goles en su cuenta ante el Estrella Roja de Belgrado, sino porque además dejó como presente una jugada de colección.

El crack brasileño capturó un rebote del portero a su propio remate y dejó en ridículo al defensor australiano Milos Degenek con una pisada y un caño en una baldosa.

Pero la jugada no pudo tener su broche de oro porque el portero Borjan le volvió a tapar su remate. Igual, el Parque de los Príncipes le regaló la ovación.