Una vez más el boxeo ha sido puesto bajo la lupa por quienes consideran que no se toman las medidas necesarias para cuidar la integridad física de los deportistas más allá de tratarse de un deporte de combate, con sus lógicos riesgos. El último sábado, Moisés Fuentes y su esquina no hicieron caso a la recomendación médica de parar la pelea en el quinto asalto y el excampeón mundial mexicano terminó recibiendo un brutal nocaut en el sexto, por el que debió someterse a una cirugía de emergencia el domingo por la mañana.

Mauricio Sulaimán, presidente del Consejo Mundial de Boxeo que estuvo presente en Cancún, donde se desarrolló la velada, fue uno de los primeros en informar del traslado del boxeador al hospital y de pedir a los amantes del boxeo que rezaran por su pronta recuperación.

Ya un par de días después, el mandatario se encargó de informar que si bien la operación para extraer un coagulo de sangre del cerebro se había realizado con éxito, Fuentes se encontraba todavía atravesando el periodo de 72 horas críticas previo a determinar cómo será su recuparación y cuáles podrían ser sus secuelas.

También siendo objeto de críticas, Sulaimán hizo también una revelación sobre los estudios médicos del mexicano previos a la pelea. "Es un dos veces campeón mundial, un boxeador importante, que presentó todos los exámenes médicos bien, con perfecta satisfacción", dijo para despejar cualquier duda sobre si este estaba o no en condiciones de tomar la pelea ante un boxeador mucho menor que él.

“Estuve presente, la atención médica fue adecuada totalmente. Había dos ambulancias, los paramédicos lo pusieron de inmediato en la camilla. Él se quería levantar, estaba consciente, como todo guerrero se quería levantar, la atención fue correcta", agregó sobre la primera asistencia médica que recibió Fuentes.