El pasado 19 de junio, en una velada que se llevó a cabo en Guadalajara, Julio César Chávez tuvo su despedida definitiva de los cuadriláteros, a sus 58 años, enfrentando al Macho Camacho Jr en un combate de exhibición pactado en cuatro asaltos, que terminó con Saúl El Canelo Álvarez, la nueva gran súperestrella del boxeo mexicano, compartiendo el cuadrilátero con él.
“Me despido del ring, mi templo, mi vida, mi felicidad. Ayer, les di lo mejor que pude darles, Gracias a ustedes que me hicieron ser el gran campeón mexicano”, escribió al día siguiente El César en sus redes sociales, todavía movilizado por la noche que le habían hecho vivir los fanáticos.
Julio César Chávez le puso el punto final a su carrera como boxeador y con ello le abrió las puertas a otras prioridades que él mismo reconoció haber descuidado en el pasado, por la exigencia del deporte de alto rendimiento y por el infierno que, en paralelo, vivió con las adicciones.
Un claro ejemplo fueron los videos que Frida Muñoz, su nuera y esposa de Julio César Chávez Jr, compartió en diferentes historias de Instagram, en los que se puede ver al César jugando con su pequeño nieto que, para dar continuidad al legado, también fue llamado Julio.
“Aquí está abuelo, aquí está abuelo”, se escucha. “¿En dónde está el abuelo?”, le dice al niño escondiéndose detrás de un árbol, para luego salir a sorprenderlo: “¡Aquí estoy!”. Una escena que enternece hasta al más duro.