Anthony Joshua estaba preparándose para el gran combate del año. Después de muchas idas y vueltas, parecía que por fin iba a unificar títulos mundiales ante Tyson Fury. Incluso estaba ya definida la fecha para la pelea: 14 de agosto, en Arabia Saudita. Hasta que apareció Deontay Wilder.
Sucede que el estadounidense, a quien Fury había arrebatado el título del CMB en febrero de 2020, tuvo un fallo arbitral favorable en su reclamo para que se cumpliera con la revancha obligatoria -que para ellos será trilogía- que se había establecido en el contrato de esa pelea y que, luego que se reactivara la maquinaria boxística que había frenado por la pandemia, debió haber sido en diciembre del año pasado.
Mucho peor, se decidió que esa tercera pelea entre Wilder y Fury deberá celebrarse a medidados de septiembre. Es decir, solo un mes después de la fecha prevista pare el Joshua vs Fury. Entonces, desde MatchRoom Boxing ya salieron a decir que seguirán adelante sin hacer la unificación, dando lugar a la posibilidad de una pelea entre Joshua y Usyk, que es retador obligatorio al título de la OMB.
Pero el organismo que preside Gilberto Mendoza no quiere que haya especulaciones y por esa razón pidió a AJ y su equipo que defina en un lapso de 48 horas, que comenzaron a contar desde el miércoles, si peleará o no con Tyson Fury, para que pueda sancionarse o no el combate ante Usyk.
“Se ordena “Mostrar Causa” dentro de las próximas 48 horas tras la emisión de esta orden de por qué el Comité del Campeonato Mundial de la OMBno debería ordenar el inicio de negociaciones entre el retador obligatorio Oleksandr Usyk y el campeón de peso pesado de la OMB Anthony Joshua inmediatamente. Tenga en cuenta que el incumplimiento con esta orden constituirá una renuncia a todos los derechos en virtud del presente y con el Comité”, expresa el comunicado de la Organización Mundial de Boxeo.