El destino ha sido cruel con Cruz Azul. La fatalidad de su aspiración a ser el mejor está en el partido más decisivo de cada torneo; es el equipo que más finales de primera división ha disputado en México con 19, pero esa presencia no ha sido redituable en cuanto a títulos. Por el contrario, su desdicha está en acumular menos de los que ha peleado. Debido a eso es conocido como el subcampeonísimo.

Desde su primera final en la temporada 1968-69 hasta la del Apertura 2018, la Máquina ha perdido 11. Ese récord lo ha colocado como el subcampeón por excelencia del futbol mexicano, una posición nada grata para el club y mucho menos para su afición, que ha debido aguantar burlas porque su equipo se caracteriza por perder finales.

Las finales perdidas son las siguientes: 1969-79, 1980-81, 1986-87, 1988-89, 1994-95, Invierno 1999, Clausura 2008, Apertura 2008, Apertura 2009, Clausura 2013, Apertura 2018.

¿Cuáles han dolido más?

Claro que todas, pero unas más que otras. Caer ante el odiado rival, ver afectada una buena racha o perder de manera inaudita, son escenarios que han pesado en aficionados celestes por el valor de lo que representaban esos títulos más allá de ser trofeos en sus vitrinas.

Era el tricampeonato

Cruz Azul fue amo y señor de los setenta. Inició la década con pleno dominio de la liga convirtiéndose en tetracampeón. De 1970 a 1974, el futbol fue suyo. Retomó esa jetatura de 1978 a 1980 con un bicampeonato y que pudo ampliarse a un tercer título en fila, pero Pumas le arruinó esa posibilidad en la temporada 1980-81, además de darle la bienvenida a una fatídica época celeste.

La década del horror

Luego de haber perdido la final contra Pumas, la Máquina llegó a otras dos en los ochenta: contra Chivas y América. También las perdió. Lo de menos para los aficionados cruzazulinos fue no haber celebrado un campeonato, sino ver a su equipo derrotado por los otros tres grandes de México. ¡Eso sí que les dolió!

La conmoción de Villaluz y los malditos penaltis

Parecía ser el fin de la sequía de 10 años sin levantar el trofeo de campeón, sin embargo fue una extensión de ella. Cruz Azul cayó en penaltis ante Toluca durante la tanda de muerte súbita con una atajada de Hernán Cristante al tiro de Alejandro Vela. A esa tristeza se sumó la preocupación de que César Villaluz salió conmocionado del juego tras ser arrollado por José Manuel Cruzalta en el área de Toluca, una acción que hasta la fecha se lamenta porque debió ser sancionada como penalti.

“Si Dios me dejó aquí es por algo”

Esa frase pronunciada por Javier Rojas en la transmisión de la final contra América en 2013, en alusión a las palabras pronunciadas por Moisés Muñoz después de haber sufrido un accidente automovilístico, se pegó a la piel de los cruzazulinos a manera de enojo. ¿Por qué? Porque les recuerda el cabezazo de Moy que significó la increíble reacción americanista que culminó con el título.