Era el más novato de todos los que estaban arriba del ring. A diferencia del resto, Oro apenas empezaba a despuntar en planos estelares de la lucha libre mexicana. Aquella función era especial porque ponía a prueba su estilo entre gladiadores experimentados y especialistas en lucha a ras de lona.

En aquella función de la Arena Coliseo subió acompañado de La Fiera y Brazo de Plata para enfrentar a Jaque Mate, Dr. Wagner Jr. y Kahoz. Pero no tuvo tiempo de luchar siquiera. A los cinco minutos se desvaneció en una esquina debajo del ring. Nada había sucedido arriba del cuadrilátero como para que ingresara en una situación crítica que pusiera en riesgo su vida.

Retirado en camilla por la emergencia, Oro falleció antes de ser llevado en ambulancia a un hospital. Al interior de la arena, el público no se enteró de la fatídica noticia. Al exterior, sentado sobre la banqueta y envuelto en lágrimas, Brazo de Plata le informó al réferi Rafa El Maya que el muchacho había muerto. Se informó entonces que la causa fue un derrame cerebral derivado de un golpe recibido en la lucha. 

¿Por qué culparon a Kahoz?

Posteriormente, cuando se difundió el video de la lucha, surgió una serie de especulaciones acerca de su muerte, entre ellas que el causante fue Kahoz. Peor aún, amantes de las teorías de la conspiración aseguraron que el rudo actuó con alevosía e intención de provocarle daño.

Se crearon y editaron materiales para señalar que Kahoz lo golpeó con un artefacto escondido en una de sus muñequeras. También se manejó la versión de que se excedió en la fuerza de un manotazo propinado al pecho de Oro. Incluso se dijo que había ido a vestidores para intentar huir de las autoridades. 

Y es que Kahoz debió ir a vestidores luego del golpe propinado a Oro. ¿El motivo? Se había fracturado un dedo y fue a enfermería para ser atendido. Pero en el trayecto de ida saludó a un aficionado, acción que fue interpretada por conspiracionistas como el instante en que se desprende del supuesto artefacto con que golpeó al técnico. Golpe, por cierto, que accidentalmente fue en la garganta y de rutina. 

Mucho se habló y se culpó a Kahoz por el suceso. No usó ningún artefacto, no pegó con dolo y no quiso escapar de nadie. Fue circunstancial que el derechazo propinado a Oro impactara en la garganta y fuera factor para propiciar el derrame cerebral. El estigma de responsabilizarlo por lo ocurrido en la Arena Coliseo prosiguió incluso décadas después; el juicio social de algunos cuantos hacia el luchador le ha castigado al grado de arrumbar en el olvido su carrera luchística (también como Astro Rey) y la caída de su máscara frente a Shocker en 1995.

Luchadores, como Justiciero, han declarado que Oro padecía complicaciones de salud que no quiso atenderse en su debido momento y dejó pasar. Su organismo ya estaba mermado y, pese a sugerencias de sus compañeros para que acudiera al médico o se alejara un tiempo de la lucha, el chico decidió continuar.

A casi 30 años de la tragedia que forma parte de la historia de la Arena Coliseo, Kahoz carga en su leyenda una ingrata culpabilidad adjudicada por un sector del público.