Kylian Mbappé volvió a ser protagonista en el Santiago Bernabéu, pero no precisamente por su futbol. El delantero francés, quien no pudo disputar el partido frente al Athletic de Bilbao por expulsión y lesión, fue enfocado por la pantalla gigante del estadio mientras se encontraba en las gradas. La reacción del público no dejó dudas: los silbidos y abucheos invadieron el ambiente, dejando claro el descontento generalizado con su figura.
La escena sorprendió a muchos. Mbappé, que llegó como una de las máximas estrellas del proyecto deportivo del Real Madrid, aún no ha logrado rendir al nivel que se esperaba. Entre lesiones, suspensiones y algunas actuaciones irregulares, el francés empieza a perder respaldo dentro del propio Bernabéu, un estadio que no perdona cuando las cosas no salen como se prometieron.

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El partido contra el Athletic tenía un condimento especial. El equipo blanco no atraviesa su mejor momento futbolístico, y la frustración acumulada por la afición necesitaba un blanco. Esta vez, fue Mbappé. A pesar de no estar en cancha, su figura fue suficiente para encender la furia de miles de fanáticos que, apenas lo vieron en pantalla, comenzaron a abuchearlo sin piedad.
Este gesto deja entrever un quiebre en la relación entre el crack francés y la afición madridista. El romance que parecía inevitable en el mercado de pases se fue desinflando con el correr de los partidos, y ahora el Bernabéu ya no lo mira con los mismos ojos.
El francés sabía que no era una noche más. Ver al equipo desde afuera, en un contexto tan sensible, ya era incómodo. Pero la reacción de la gente encendió las alarmas dentro del vestuario blanco y dejó al descubierto una grieta que empieza a ser difícil de disimular.

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¿Cómo reaccionó Mbappé ante los silbidos del Bernabéu?
Lejos de mostrarse indiferente, Mbappé reaccionó con una expresión que mezcló enojo y preocupación. Su rostro lo dijo todo: no le gustó nada lo que escuchó y sabe que algo se está rompiendo con la afición. Esa mirada seria, casi desafiante, dejó claro que el francés está sintiendo el peso de la presión y que empieza a notar que ya no cuenta con el respaldo incondicional del Bernabéu.





