Siempre se trata de correr. Más rápido, en ascenso o descenso, sobre asfalto, tierra, piedra; con calor o con frío. Para gustos, las carreras: hay para todas las opciones. Muchas variables para elegir. 

Para quienes llegan desde el asfalto, el salto a la montaña puede sentirse un abismo. No sólo en lo técnico, también en el entrenamiento, en los puestos de hidratación, en el calzado, la ropa y demás. Sin embargo, hay opciones intermedias que permiten correr en ambientes naturales sin esa sensación de lo desconocido. 

Para encontrar estos destinos, es fundamental aprender a leer la altimetría de cada competición (las de calle también tienen, es un dato importante para saber cuán rápida puede ser una carrera). En el trail es casi imposible encontrar una carrera que se parezca a otra, porque todos los escenarios y los recorridos son diferentes. 

Las carreras de cross pueden ser una opción: existen obstáculos naturales o propios del lugar (tranqueras, ramas, alambrados, árboles, senderos rurales) pero en general carecen de ascensos y descensos. 

En Argentina, hay terrenos que son ideales para quienes buscan un cross que se parezca más a un trail. Es el caso del Osde Cruce Tandilia: una carrera de trail que permite correr, mucho y rápido, que tiene lo más divertido de la montaña y también la posibilidad de ajustar las piernas para poner sexta y subir la velocidad. Y en la distancia que más le guste al corredor (5k y 10k en una etapa, 21k, 42k y 60k se corre en dos etapas).

Tandil es una ciudad de la Provincia de Buenos Aires, en Argentina, con algo más de 120.000 habitantes. Turística, con grandes atracciones gastronómicas y de aventura posee las sierras más antiguas del mundo. Y allí se corre.

Si, esa porción del territorio estuvo integrada por un gran macizo continental sudamericano, que se hundió y sobre el que se apoyaron los sedimentos posteriores: se conoce como el Sistema de Tandilia, que va de Olavarría a Mar del Plata, zona en la que prevalecen las rocas precámbricas. Granitos, gneises, cuarcitas y pizarras.

Ese atractivo la convierte en una carrera con un terreno único. Es ideal para quienes vienen del asfalto y buscan enamorarse de los ambientes naturales para correr. También para quienes acostumbran a correr en montaña y buscan un desafío que los obligue a ser más veloces. La época del año en que se corre (en el 2022 se realizó del 7 al 9 de enero) también es ideal porque puede servir como una buena pretemporada para el resto del año.

A diferencia de las carreras en montaña, este tipo de terrenos no precisa de bastones ni zapatillas tan técnicas. Sí es obligatorio llevar hidratación, por lo que los cintos o mochilas con camelback son necesarias. Después, todo queda a gusto del corredor.

Para quienes llegan desde el llano y el asfalto, la zona no cuenta con una gran altimetría pero los recorridos que suben y bajan terminan acumulando un buen desgaste. Y para quienes no quieren resignar la velocidad, hay sectores de senderos rurales llanos y rectos que son ideales para volar.