Ashleigh Bartypuso fin a la maldición localque se había extendidodurante 44 años, tras su triunfode 6-3 y 7-6 (2) en una hora y 27 minutos de partido sobreDanielle Collins en el Road Laver Arena, Australia vuelve a tener una campeona nacida en casa.
La número uno del mundodesafío a todo en la final del Australian Open para hacer historia y quedarse con el tercer título de Grand Slam de su carrera, tras una sólido primer set que selló con dos quiebres de servecio para ponerse como la favorita a quedarse con el título se le complicó todo el panorama del partido.
Collins puso contra las cuerdas a Barty con un sorpresivo 1-5 en el segundo set, poniéndose por arriba de la australiana; que tuvo que levantar dos puntos de set para evitar que el juego se extienda. Barty pareció encontrar su segundo aire al recuperar esos puntos, y alcanzó una remontada épica, forzando el tie break, donde todo estaba decidido.
El envión de la gran levantada de Ashleigh Barty era imparable, Collins no tuvo resistencia y el partido se sentención para la nueva campeona del Australian Open, que pudo festejar con su gente y su familia, poniendo fin a esa maldición australiana que no veía a una campeona local desdeChris O’Neil en 1978.
“Me hiciste jugar mi mejor tenis, hoy enfrentéauna campeona como Danielle.Esto es un sueño hecho realidad y estoy muy orgullosa de ser australiana”, dijo con lágrimas de emoción tras la histórica consagración Barty.
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Para la número uno del mundo este título es una confirmación de su buen momento. La WTA no suele tener -desde el dominio de Serena Williams- campeonas dominantes en los Grand Slams, y para Barty este trofeo es el tercero en su vitrina personal, que lo suma aRoland Garros 2018 y Wimbledon 2021, posicionándose además como la segunda jugadora en actividad capaz de sumar los títulos mayores en todas las superficies existentes.
