Durante sus 7 años en River tuvo que asumir retos y reconstrucciones, pero nada parecido a lo que se encontraría en el Camp Nou. Marcelo Gallardo vuelve a ser tapa de los medios catalanes, donde se lo apunta al argentino para reemplazar a Ronald Koeman como técnico de un Barcelona en llamas. ¿Tiene argumentos el Muñeco para emprenderse en esta aventura?

Joan Laporta busca entrenador para el día lunes. Koeman se encuentra sentenciado a abandonar el club luego del encuentro ante Atlético de Madrid y entre un mar de hojas de vida que llegan al Camp Nou, el curriculum de Marcelo Gallardo vuelve a codearse con el de entrenadores del más alto nivel. Si bien no es la primera vez que se le relaciona con el equipo Culé, nunca la necesidad de este fue tan grande por encontrar respuestas.

 

Argumentos a favor y en contra

Gallardo maneja buena parte de ese estilo que la dirigencia quiere que vuelva a imponerse en Barcelona. Quien sea el próximo DT tendrá que jugar 4-3-3, apostar por la cantera y por encima de todo insertar su sello en un equipo que vive sus horas más bajas en 20 años. El Muñeco sabe de lidiar con jóvenes, de proponer un fútbol vistoso y de dominio de absoluto que le de a sus equipos el control de los encuentros más allá del resultado.

Sumado a esto, el idioma no sería una barrera para el argentino. La realidad es que la lengua separa muchas veces a los entrenadores sudamericanos de dar el salto al viejo continente y si bien tendría que convivir con el catalán, Gallardo no se encontraría frente a un grupo de jugadores que necesiten de un traductor para comprender sus ideas.

Tras 7 años de máxima exigencia en un River donde toda la presión e impacto mediático giraba en torno a su figura, el argentino no debería tener problemas de arranque con ser tapa de diarios y objeto de críticas en un equipo donde salvo un milagro, no se espera por títulos a lo largo de los próximos meses.

Dicho esto, resulta imposible negar que su imagen dentro del vestuario sería diferente a la que tiene en Buenos Aires. Gerardo Martino ya sufrió en el Camp Nou lo que es ser un ‘desconocido’ para el universo Culé y si bien se ha ganado elogios de gente de la casa como Guardiola, el ego de los jugadores es otra cosa. Ambicioso y competitivo como nadie, cuesta pensar que acepte ser actor secundario en los títulos que dispute el club sin perder los nervios.

A todo esto hay que añadirle que las piezas con las que contaría no tienen el nivel de otros años y que incluso pudiendo arribar al Camp Nou, quien sea que agarre este Barcelona sabe que no contará con la paciencia de los hinchas y que lo más probable es que el resultado final sea parecido a lo visto hasta ahora. El riesgo es amplio y habrá que ver si el Muñeco acepta un reto que puede disparar sus chances de una vida en Europa, o hundirlas por completo en el primer asalto.