La necesidad de Barcelona de aligerar su economía luego del desastre dejado por la gestión de Josep María Bartomeu ha obligado a tomar decisiones muy cuestionadas. Las salidas de Antoine Griezmann y, sobre todo, de Lionel Messi han logrado alivianar los números en cuanto a salarios. Sin embargo, el coste es importante y se refleja en el campo de juego.
Joan Laporta se vio obligado en tener que desprenderse de varios jugadores con tal de evitar un problema catastrófico de números, que hubieran hecho llevar la situación a un punto límite difícil de retornar. Y los nombres de mayor peso que han sido elegidos para ese sacrificio fueron Lionel Messi y, más recientemente, Antoine Griezmann.
Las salidas de Messi y Griezmann le permiten a Barcelona ahorrar cerca de 160 millones de euros en salarios, según explica el diario Sport. Claro está, el sueldo que percibía el argentino era mucho mayor al del francés: casi 125 millones de euros contra 35 millones. Pero, el gran problema es lo que ambos podían darle al equipo en el campo de juego. Y eso es algo que sentirá el equipo.
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Las consecuencias de la salida de Messi y Griezmann
La situación de Messi, más allá de su gran salario y de la decisión todavía cuestionable del Barcelona de dejarlo ir, quizás nunca tenga solución para el conjunto catalán. Y es que se va, quizás, su mejor jugador a lo largo de su historia y eso en el campo de juego ya se siente con el comienzo de la temporada. El caso de Griezmann es diferente.
Para el club culé, según el citado medio, el sueldo que percibía Griezmann no compensaba su rendimiento en el campo de juego a lo largo de las dos temporadas que estuvo en el primer equipo. Sin embargo, juntando a Messi con Griezmann con el presente que hoy tiene en la delantera a jugadores como Memphis, Luuk de Jong y Martin Braithwaite (hasta que vuelva Ansu Fati) hay un abismo muy grande y que Barcelona deberá afrontar sea como sea.