Por la vuelta de los cuartos de final de Champions League, Real Madrid chocaba ante Chelsea en el Santiago Bernabéu con el objetivo de cerrar la serie a su favor. Los de Carlo Ancelotti llegaban con una ventaja de 3-1 conseguida en Stamford Bridge.
Sin embargo, la diferencia a su favor comenzó a esfumarce rápidamente en la capital española, ya que los Blues encontraron el descuento en el global en apenas 14 minutos, con el gol de Mason Mount. En el incio del complemento, entablaron la serie con un cabezazo de Antonio Rüdiger.
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Pero los de Thomas Tuchel no quitaron el pie del acelerador con el empate y, tras una enorme jugada de Timo Werner, se adelantaron por 3-0, un resultado que les daba la clasificación directa a 15 minutos del final. Cuando la frustración invadió al Bernabéu apareció Luka Modric.
El mediocampista croata ejecutó un sensacional pase de tres dedos para habilitar a Rodrygo en el segundo palo y dejarlo frente a Edouard Mendy. Así, el brasileño sólo tuvo que poner el pie y mandarla al fondo de la red para enviar la llave al tiempo extra.