A lo largo de dos décadas, Derek Jeter amasó infinidad de galardones y reconocimientos, sin mencionar el respeto que se ganó por parte de sus pares y rivales por su integridad dentro y fuera del diamante.

En este sentido, su inducción al Salón de la Fama de Cooperstown era un mero trámite, pues todos sabían que, habiendo conseguido todo lo que consiguió, obviamente sería seleccionado en su primera ocasión.

El campo corto se quedó a un voto de convertirse en el segundo jugador de la historia en ingresar de forma unánime al Salón de la Fama. Sin embargo, poco le importó cuando dio su conferencia de prensa.

En este contexto, Jeter reveló el máximo honor de toda su carrera. Ni los premios de Serie Mundial, ni los bates de plata, ni los guantes de oro. Nada de esto se comparó con la oportunidad de ser un Yankee durante toda su carrera:

"Lo que más me enorgullecé es haber sido un Yankee. Era lo único que yo quería hacer desde y desde que tengo memoria lo que siempre quise era ser el campocorto de los Yankees de Nueva York, y tuve la oportunidad de hacerlo. Pude hacerlo durante un largo tiempo y cuándo todo estaba hecho y dicho, eso fue de lo que más me siento orgulloso," declaró el gran capitán.

Además de Jeter, solo Mariano Rivera y Roberto Clemente disputaron toda su carrera con un equipo y además ingresaron al Salón de la Fama en su primer intento. Sin lugar a duda, un honor enorme.