Cuando los Lakers se hicieron con los servicios de Anthony Davis, quisieron hacerlo sentir tal y como en casa desde el primer día. Empezando por LeBron James, y siguiendo por toda la dirigencia.

En este sentido, el mismo ala-pívot reconoció que tanto él como James tuvieron la potestad de opinar sobre todos y cada uno de los refuerzos que adquirió el equipo después de su llegada a Los Ángeles.

No obstante, Davis confesó que llegó a un punto en el que simplemente estaba harto y cansado de atenderle el teléfono a Rob Pelinka, gerente general de la franquicia, por lo que le tuvo que pedir que lo dejara de molestar:

"Nunca me habían involucrado tanto. Me llamaban para cada una de las decisiones, sin importar qué jugador fuera, quería estar seguro. Me llamaba por todo, y llegué al punto en el que le dije 'ok Rob, deja de llamarme'", declaró el ala-pívot a Dave McMenamin de ESPN.

Los Lakers se reforzaron con un número importante de piezas para esta campaña, como Danny Green, Jared Dudley e incluso Dwight Howard, tras dejar ir muchas piezas precisamente para conseguir a Davis.

Afortunadamente, parece que el roster que conformaron cuenta con el balance y la profundidad suficientes para llevarlos muy lejos esta campaña. De lo contrario, el teléfono de Davis no parará de sonar este verano.